· Coach educativa ·

Combustible adicional

Descubriendo habilidades

La función de un coach educativo es plantear distintas estrategias para educar mejor a sus alumnos. En la labor terapéutica que llevo realizando durante estos años he detectado que muchas veces la persona tiene muy presentes todas sus carencias, debilidades y malos hábitos pero no suele tener en cuenta -o al menos no valora en su justa medida- sus habilidades y puntos fuertes, por lo que no sólo presenta una baja autoestima sino que además no usa ese “combustible adicional” que transforma todas las situaciones de malestar, desánimo y sensación de fracaso en oportunidades para el cambio y el crecimiento personal.

Esta metodología, con base científica, se trata del «Coaching en fortalezas» procedente de la Psicología Positiva Aplicada en terapia y procesos de desarrollo. En la actualidad me sigo formando a través de Eva Herber, psicóloga colegiada, y del «Modelo de 26 Fortalezas por el Instituto Europeo de Psicología Positiva».

Piscología Positiva Aplicada

Cambio y crecimiento personal

Clima de confianza

Autoaprendizaje

En las sesiones de coaching introducimos esta herramienta para conocer las fortalezas de la persona, aprender a equilibrarlas y evaluar la mejora. Según este enfoque, el coach facilita las estrategias para el autoaprendizaje de uno mismo. El coach es una acompañante en este proceso educativo, no un experto que está por encima y que impone sus criterios al paciente, sino un profesional que establece un clima de confianza y respeto mutuo.

Me siento profundamente agradecida a cada persona que está en consulta, con su problemática, sus procesos cognitivos y estados emocionales, puesto que supone para mí una oportunidad única para seguir aprendiendo, practicando y mejorando técnicas y habilidades profesionales y personales en el camino del autoconocimiento y la realización personal.

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